Juliana Wetmore es una niña norteamericana de tan solo siete años que nació sin cara. Cuando nació, ella no tenía un 40 % de los huesos de su cara. Juliana tuvo la mala suerte de sufrir una malformación genética llamada Síndrome de Treacher Collins
que afecta a una de cada 10.000 personas. Sin embargo, su caso es uno de los más extremos que se ha visto en el mundo. Ahora con siete años y más de 40 operaciones para reconstruirle el rostro, está aprendiendo a respirar, a ver, a escuchar, a comer y a hablar de un modo normal.
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